Opinión
Desde que a los cuatro años me llevara por delante una motocicleta, este vehículo me ha merecido siempre un gran respeto. No soporto la idea de ir subida a este aparato a motor (he subido dos veces en mi vida), pero tampoco que lo utilicen las personas cercanas a mí.No tengo nada en contra de las motos, ni de las empresas que las fabrican, pero me provoca verdadero pavor el hecho de pensar que, ante un impacto, la carrocería es tu cuerpo. Hastos de ver cómo queda la chapa de un coche tras una pequeña colisión, no quiero imaginar cómo queda un cuerpo humano.
Mi más sentido pésame a la familia de Marco Simoncelli, ojalá los pilotos y organizadores de carreras piensen un poco más en la seguridad del ser humano. Creo que esto ha hecho a muchos poner el pie en la tierra y bajarla un poco del manillar de su vehículo bi-rueda.
